martes, 24 de febrero de 2015

Jobs por Jobs, la historia (Parte 2)

Jobs no tiene aún 30 años y siente que con el Macintosh él y su equipo están "influyendo en el futuro", pero -efusiones aparte- reflexiona sobre la manera en que los ordenadores cambiarán tanto la forma de trabajar de las personas como sus patrones de comunicación; en definitiva, la vida de la gente. "Vemos menos papel volando alrededor -afirma en el plural mayestático de los gurús- y más calidad de comunicación".
Llevado a su querido campo de la educación, el empleo de ordenadores entre los niños tendría el poder de modificar el modo en que se aprende a pensar, a partir de lo cual nada sería igual, augurio que se ha demostrado cierto. Jobs habla a mediados de una década de "monopolio" por parte de IBM, compañía a la que ve fabricando productos de tecnología inferior a la suya y que, en caso de imponerse a Apple, abocaría a "una especie de Edad Media de la informática". Si los "chicos" de IBM se hacen con el control "de un sector del mercado", continúa, "dejarán de innovar para siempre".
Nuestro hombre tiene palabras más amables para Steve Wozniak, cofundador de la empresa aunque ya entonces fuera de ella, a quien dibuja como un genio "diseñando cosas" pero poco interesado en Apple "como compañía". Para eso estaba él, que unía a su talento para la electrónica visión de negocio y un gusto por el producto "bonito" que sería vital en el éxito futuro de la firma. Identificándose con un ebanista que no deja un trozo de contrachapado en la parte trasera de una cómoda sólo porque no está a la vista, Jobs sentencia que "para dormir bien por la noche, la estética y la calidad deben cuidarse hasta el final".
El hombre irascible, tremendamente exigente que Walter Isaacson había conocido en la redacción de Time se permite un momento de debilidad en la entrevista al referirse a una de las facetas oscuras del éxito. "Cuando puedes ser considerado responsable de si [tus sueños] se hacen realidad o no, la vida es mucho más difícil", interesante reflexión que completa con otra sobre lo duro que resulta "continuar siendo un artista" cuando el mundo entero se aferra al estereotipo de lo que imagina que eres.

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