viernes, 1 de mayo de 2015

MIEDO, abejas

Las abejas están sufriendo un auténtico daño vía diversos pesticidas, en español, venenos, que se distribuyen para tratar de controlar ataques de muy diversos tipos a las plantas.
En particular, la noticia que comento aquí se refiere a los pesticidas basados en la nicotina. Y se ha comprobado que este compuesto químico no es una droga adictiva solamente para los humanos, lo que ya sabíamos, sino también para los insectos, y en particular para las abejas y los abejorros, agentes esenciales para la producción vegetal, sobre todo de frutos procedentes de flores.
Y esta droga esta diezmando y mucho más a las poblaciones de polinizadores. El fracaso de la lucha contra las plagas ha sido evidente desde el DDT tras la segunda Guerra Mundial.
El ser humano quiere cada vez más alimentos, pues produce cada vez más individuos de su propia especie, al haber eliminado los predadores (macro, digamos, leones y tigres, y micro, bacterias y virus causantes de la mortalidad infantil). Pero los alimentos provienen de seres vivos y están sometidos a la regla básica de la vida. Permítanme un pequeño rodeo para llegar a esta regla básica.
Los seres vivos son, se definen, como máquinas autónomas que tratan de capturar el máximo posible de energía para reproducirse. La reproducción es algo automático, es la esencia de las instrucciones codificadas en las cadenas de ADN. Y para poder reproducirse, los seres vivos tienen que crecer, y para ello, capturar energía.
La energía que utilizan, que utilizamos los seres vivos, procede en un 99.99...% de los casos del sol, directamente a través de la fotosíntesis o indirectamente ingiriendo la energía solar almacenada en las plantas mediante esa fotosíntesis.
La regla básica de la vida es maximizar la captura de energía, eliminando a otros individuos que pueden capturar algo que el que consideramos quiere para sí, o estableciendo grupos y simbiosis que hacen esto mismo tratando de eliminar a otros individuos, grupos o simbiosis.
Hasta el desarrollo humano de la química y hoy la biotecnología, esos intentos de maximizar la captura de energía resultaban en equilibrios dinámicos entre un inmenso número de especies vivas en el planeta. Unas especies mataban para capturar energía, pero otras no se dejaban matar, por ejemplo, desarrollando una coraza de púas envenenadas en medio de los desiertos. En otros lugares se llegaba a equilibrios respecto a nichos de ocupación y resistencias no tan exageradas como las de los cactus a los ataques diversos.
Hay especies vivas exitosas que, es claro, han desarrollado mecanismos para mantener a raya a predadores, sean estos macro o micro. El mejor ejemplo es el de las hormigas. Pero no pueden cubrir el planeta con sus hormigueros. Necesitan dejar espacio para que viva lo que finalmente va a ser su alimento.
Los seres humanos hemos superado ese estadio que alcanzaron las hormigas hace millones de años. Hemos (casi) eliminado a nuestros predadores (salvo nosotros mismos) pero al revés que las hormigas, queremos todo el planeta para nosotros. Hay quienes llegan a plantear cubrir la Tierra de edificios y vivir de alimentos sintéticos.
Los cultivos que queremos para alimentarnos dependen del suelo, del agua, y de la eliminación de otros competidores que también los quieren. Los suelos son hoy esencialmente artificiales, cubiertos con capas de fertilizantes derivados de la energía de los combustibles fósiles. El agua se lleva de unos lugares a otros para maximizar la producción.
Hemos eliminado los predadores macro.
Pero nos quedan los predadores micro y estos, como seres vivos, resistirán cualquier intento de eliminación. Nuestro objetivo debería ser alcanzar un equilibrio con ellos, como ha hecho la naturaleza a lo largo de millones de años.
Pero queremos, no convivir, sino eliminarlos. 
No podemos. Ellos tampoco pueden eliminarnos a nosotros. En el año 165 una plaga de origen vírico (posiblemente viruela) causo la muerte, estimada, de un tercio de la población del Imperio Romano. En 1347 comenzó la Peste Negra en Europa. La muerte la producía una bacteria que era portada por las pulgas que llevaban encima las ratas negras. Es evidente que toda la población europea estuvo atacada por esa bacteria, pero aunque probablemente murió la mitad de la población, la otra mitad sobrevivió. Es claro que algunos seres humanos tenían recursos en sus cuerpos para combatir esa otra vida que trataba de acabar con la suya propia.
Cuando se empezaron a regar los cultivos con DDT, algunos insectos que lo recibieron en sus cuerpos sobrevivieron. Sus cuerpos tenían mecanismos que les permitían vivir con ese veneno. Al cabo de varias generaciones (muy rápidas) los insectos que morían bajo el DDT habían muerto todos, y los que quedaban y habían crecido hasta el número original, eran inmunes al DDT. El veneno había dejado de ser veneno.
Hoy estamos (aunque hay una moratoria de dos años que acaba el presente año) tratando de matar plagas de insectos mediante estos compuestos de nicotina que encantan a las abejas y abejorros. Lo más probable es que los que sean sensibles a la nicotina, morirán todos, y que se desarrollarán variantes inmunes a ella.
Lo que no sabemos es si esas variantes querrán polinizar las plantas que deseamos nosotros que polinicen, o se dedicaran a otras variedades sin interes para los humanos. Si se da este caso, dejaremos de comer frutas y otros productos derivados de las flores.
La lección es clara, o debía serlo y haberlo sido desde hace décadas, cuando mas o menos hacia 1930 van der Pol describió su oscilador y los ingenieros y científicos empezaron a analizar las oscilaciones de relajación.
La naturaleza sigue leyes no lineales y cuando no hay rozamiento (predadores o, en lenguaje científico, realimentación negativa) las poblaciones aumentan hasta estallar, hasta que se rompe el sistema.
El mejor ejemplo lo estamos aún viviendo en nuestras propias carnes: La economía española se basó en un crecimiento no lineal de la construcción basado en comprar hoy a 100 para vender mañana a 200. El que compraba a 200 esperaba poder vender a 400. Evidentemente, sin freno, sin rozamiento, sin realimentación negativa (leyes restrictivas) el sistema estalló.
Bacterias en un plato con una solución de algún tipo de azúcar crecen sin restricción hasta que mueren todas por falta de alimento cuando han llenado todo el plato.
Necesitamos introducir realimentación negativa que no sean guerras ni plagas en el comportamiento de la sociedad humana. Necesitamos compartir algunas plantas con los insectos, y como mucho tratar de mantenerlos a raya mediante predadores animales que se autorregulan. Si eliminamos a los pájaros que  controlan una especie de insectos, matándolos con el DDT ( y ellos no mutan tan rápido como los propios insectos) los insectos inmunes al DDT se quedan sin predadores.
Los seres humanos, ignorando las leyes no lineales de la vida,  desarrollaremos entonces otros productos químicos, y otros y otros, en una carrera condenada al fracaso.
Lo mismo que es razonable y racional no basar toda la riqueza de las personas en una esquema piramidal a lo Baldomera Larra, parece razonable no querer acabar con todos los insectos, y sus predadores, porque los efectos son similares a los de todos los esquemas de amplificación sin control que hemos probado los seres humanos.
Eliminemos los insecticidas, y aceptemos cosechas con tantos por ciento de pérdidas hoy. No ganaremos lo que ganábamos comprando y vendiendo pisos, peso no perderemos lo que hemos perdido entre 2007 y el día de hoy.
Las abejas están atacadas por los insecticidas derivados de la nicotina. Si Bayer, la inmensa empresa química tiene que perder su inversión, y si algunos agricultores pierden el 10% de las cosechas, otros hemos perdido mas de ese 10% por un esquema de amplificación no lineal. 
Necesitamos, a toda costa, mantener a los polinizadores, abejas y abejorros. La alternativa a perder un 10% por otros insectos, es perder un 90% de nuestra riqueza si destrozamos a las abejas.
El mensaje de la ciencia debe ser: ''La ciencia es no lineal, no lo puede todo. Introduzcamos en la misma ciencia el principio de precaución'' en vez de ''Confiad en la ciencia, en la química: Eliminaremos los predadores que destrozan vuestras cosechas''. Este mensaje es falso y debemos aceptar el primero.
¿Lo hacemos?

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